MARIO EN PUGNA CON METELO, POR OPTAR AL CONSULADO

 Serie «De Mario a Octavio: 80 años decisivos, 005»

Numidia y la Provincia Romana

En 108 a. C., tras la batalla de Muthul, la guerra contra Yugurta, rey de Numidia, con éste derrotado pero en absoluto vencido y con un ejército todavía poderoso, entró en un «impasse» provocado, en parte, por el cónsul Quinto Cecilio Metelo, más preocupado por conseguir confirmar, por el Senado, la prolongación de la campaña, como procónsul, que en dar el golpe definitivo a Yugurta.

Yugurta, rey de Numidia

Metelo y Cayo Mario, su legado principal, se conocían desde el sitio y destrucción de Numancia, como tribunos en el Estado Mayor de Escipión Emiliano, en el 133 a. C.

Cayo Mario, tras su proyección política de los últimos años, gracias a su matrimonio ventajoso con una patricia de la «gens Julia», en la rama de los César y, sobre todo, a la fama que estaba consiguiendo en Roma, gracias a su brillante y decisiva actuación en la batalla de Muthul, deseaba optar a la elección de cónsules para 107 a. C.

Cayo Mario

Así se lo planteó Mario a Metelo, que se negó en redondo a darle el permiso (estaba bajo su mando militar) para desplazarse a Roma, a los trámites y campaña necesaria. Incluso Metelo lo ridiculizó diciéndole que se esperara a optar cuando su hijo (el de Metelo) lo hiciera, que aún le quedaban veinte años.

Campaña electoral romana

Mario no aceptó la negativa de Metelo, provocada por celos ante su éxito militar y que, posiblemente, como cónsul, Mario le arrebatara el mando en la guerra de Yugurta. Tampoco ayudó mucho en la inquina de Metelo, hacia Mario, el hecho de que éste consiguiera ejecutar, acusado de traición, a un tribuno, Turpilio Silano, amigo de Metelo, que sobrevivió a un engaño, en Vaga donde era comandante, de los notables númidas de la ciudad, que invitaron a los mandos militares romanos a un banquete, donde los drogaron y ejecutaron.

Banquete romano

Por ello, Mario inició una campaña de desprestigio contra Metelo, con sus mandos más fieles y el entusiasmo de la tropa legionaria, convencidos de un rápido fin de la guerra si la dirigía Mario.

Esa campaña en contra de Metelo indicando lo necesario que era Mario para solventar la guerra, llegó a Roma a través de las comunicaciones de los legionarios a sus familias, así como los comentarios, en ese sentido, de los clientes de Mario y políticos partidarios de él.

Al final, Metelo que había conseguido su prórroga como procónsul, tuvo que ceder y dar permiso a Mario para que viajara a Roma, a las elecciones consulares de 107 a. C. Quedaban doce días para los comicios y estaba a 700 km de Roma.

A «uña de caballo» que se dice, en el recorrido terrestre, y con vientos favorables en el marítimo, llegó a Roma en menos de una semana. Provocó el entusiasmos de los votantes y arrasó en la elección, siendo elegido cónsul junto a Lucio Casio Longino.

Romano depositando su voto

Tenía 50 años, algo mayor ya, pero aún obtuvo seis consulados más, un total de siete, algo que no consiguió ningún otro romano.

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