Se acaba la temporada por los calores y menos mal que Paco selecciona rutas acuosas por eso de estar más fresquitos . Muy bonita y varada la ruta, a las orillas del Regajo, por sitios que, quien tenga curiosidad, puede controlarlos a través de la divertida crónica de Paco Carreras. Yo, ahora, sólo reseñar: Los peculiares (por decir algo) sombreros con que se uniformaron las féminas del grupo. de " Champillones andantes", " Chinitas en un arrozal", por ejemplo, fueron algunos de los adjetivos más suaves que expresamos/pensamos los mozos del grupo, sin considerarnos en absoluto unos " Petronios , árbitros de la elegancia". Las veces que tuvimos que vadear el dichoso río. Con zapatillas de agua, descalzos, con las botas directamente y ya se secarán, etc. Fue divertido. El picnic , al final del camino, en la ermita de San Marcos. Todo un lujo de mesas, sombra, buena comida y mejor compañía, ausencia de niños gritonamente impertinentes, etc.