NORMANDÍA 2014: El día D, 6 de junio de 1944





Enlace al reportaje fotográfico.

El desembarco de Normandía, el día D, el 6 de junio de 1944, por el ejército aliado, está considerado el inicio de la liberación de Europa del dominio nazi alemán.
Igualmente se destaca como la mayor operación aeronaval jamás conocida, dirigiendo el general Eisenhower unos recursos humanos y materiales sin igual en la historia. Redondeando cifras:
  • 158.000 hombres desplegados en el terreno por las playas o bien en paracaídas o planeadores.
  • 195.000 hombres embarcados en navíos de guerra o mercantes, dando el oportuno apoyo.
  • 31.000 aviadores sin contar las tropas que aerotrasportaron.
  • 20.000 vehículos, incluyendo más de 1000 carros de combate.
  • 11.600 aviones y 3.500 planeadores.
  • Más de 6.800 navíos de guerra, mercantes y naves auxiliares.
Todo ello da idea del enorme esfuerzo y complejidad logística que supuso la acción, continuada en las semanas siguientes hasta que culminó la Batalla de Normandía. Simplemente como dato decir que entre las 5 playas que se designaron para el desembarco (las americanas Utah y Omaha, así como las británicas y canadienses Gold, Juno y Sword) hay más de 60 kms de costa.
A continuación, junto con comentarios míos, aporto una serie de indicaciones que considero útiles para recorrer aquellos parajes:
  1. Hacerse con un buen y detallado mapa de carreteras. Como he dicho hay cosas interesantes que visitar en una costa de más de 60 kms, con una intrincada red de carreteras secundarias y vecinales. Recomiendo el Michelin 1:200 000 de Normandía.
  2. Hay que prever al menos día y medio (mejor dos días) para ver aquello en condiciones, así como tener en cuenta que los franceses, además de ser unas personas que siempre los verás con una baguette en la mano, entre 12.45 y 14.15 horas paran cualquier actividad para comer, y a partir de las 18.30 horas no están para nada.
  3. Es mejor buscar una localidad lo más centrada posible en relación a los 60 km de costa. Recomiendo Bayeux que se encuentra frente a la playa de Omaha y tuvo la suerte de no necesitar reconstrucción alguna, pues fue tomada el mismo día, 6 de  junio ,sin resistencia por parte de los alemanes. Tiene la ventaja de poder en ella visitar una magnífica catedral normanda, el museo con el tapiz de Bayeux y uno de los tres cementerios militares imprescindibles de ver, el británico, que además se encuentra al lado del Museo Memorial de la Batalla de Normandía, uno de los más completos de los muchos que existen en diversas localidades. Visto este museo u otro, los demás son variaciones repetitivas de lo mismo.
  4. Ya que hablamos de cementerios militares diré que hay en la zona tres destacables, que merecen una visita. El alemán en las cercanías de Isigny, el británico en Bayeux y el americano en Colleville sur Mer, justo encima de la playa de Omaha. Son muy diferentes en su diseño e impresionan pensando en el tremendo derroche de vidas humanas que provocó el conflicto.
  5. Las playas más interesantes son las dos más occidentales, las americanas de Utah y Omaha. Hoy día están libres de cualquier resto bélico y son de gran belleza. Muy largas y solitarias, con unas mareas bajas que descubren un ingente espacio de arena. 
  6. Las otras tres playas (Gold, Juno y Sword), gestionadas por británicos y canadienses se encuentran enfrente de Caen y lo más significativo son algunos restos del puerto artificial que se construyó en Arromanches para dar entrada a tanto soldado y material bélico que era necesario transportar para seguir combatiendo después del desembarco.
  7. A la altura de la playa de Utah hay que visitar la localidad de St. Mère Église. Ocupa una situación estratégica para cortar las comunicaciones con el importante puerto de Cherburgo y por eso fue la zona de lanzamiento de una de las divisiones aerotrasportadas americanas. El paracaidista Jhon Steele se quedó enganchado de la torre de la iglesia, suspendido a 30 metros de altura y de una manera muy precaria con las cuerdas de su paracaídas. Lo pasó bastante mal durante varias horas, con los alemanes pegando tiros por debajo de él, haciéndose el muerto y sin saber si su máxima preocupación era que un alemán lo tiroteara o que se soltaran las cuerdas y se pegara un tortazo también mortal. Sigue siendo recordada su peripecia mediante un muñeco de tamaño real colgado exactamente como él estuvo. La localidad cuenta también con un interesante museo dedicado a las fuerzas aereotrasportadas con aviones de transporte y planeadores utilizados.
  8. Entre las playas de Utah y de Omaha se encuentra Pointe du Hoc, uno de los sitios más interesantes para visitar. Siguen estando las ruinas de los blokaos alemanes, los grandes cráteres en el terreno provocados por la artillería naval y es un punto excelente de observación de las playas citadas, especialmente la de Omaha. Esta es su historia: Es un acantilado que contaba con una potente batería de costa alemana. Luego resultó que los cañones habían sido retirados varios kilómetros hacia el interior. Al teniente coronel Rudder, comandante del 2º batallón de Rangers de los marines americanos le asignaron el mayor de los marrones, de los muchísimos marrones, que tuvieron que asumir los mandos del ejército atacante aquella madrugada: tomar la cumbre, con sus 225 hombres, defendida por tropas alemanas bien guarnecidas. Lo consiguió con bastante esfuerzo y con pérdidas relativas, pero continuos contraataques que pudieron repeler hicieron que en la mañana del día 7 no quedaran en pié más que 90 hombres, muchos de ellos heridos, que siguieron allí hasta el día 8 cuando otros dos batallones consiguieron consolidar la posición. Está considerada la mayor gesta del día D, incluso por encima de la conquista de la playa cercana, conocida como "Omaha la sangrienta".
  9. Diseminados por las diferentes playas y paseos marítimos se encuentran, en plan monumental, carros de combate, cañones antiaéreos, alguna lancha de desembarco y sobretodo monolitos y otros monumentos que honran la memoria de regimientos, batallones, etc., en concreto. Incluso unas placas curiosas que asemejan hitos de carretera que bautizan caminos como si fueran calles con nombres de personas concretas que supongo murieron allí.
Termino ya. Es un sitio que merece la pena visitar, sobretodo para todos aquellos que hicimos la mili en época franquista y aún nos quedan reminiscencias de ardor guerrero, producto de la pésima educación cívica que recibimos. 


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