LAS MULAS DE MARIO. SU REFORMA MILITAR

 Serie «De Mario a Octavio: 80 años decisivos, 009».

Legionario romano marchando


Plutarco acuñó el término de «mulas de Mario» pues, con las medidas que adoptó para reformar las legiones, Cayo Mario hizo que cada legionario transportara, en las marchas, su propio equipo y avituallamiento.

Reformas realizadas en varios años e iniciadas a raíz de volver a África, con nuevas legiones, para derrotar a Yugurta, rey de Numidia.

Hasta que Mario inició sus reformas, las legiones romanas, la fuerza de combate mas letal de la Antigüedad, habían mantenido unas características muy estables en el tiempo.

La estructura de la legión se basaba en una unidad mínima, el manípulo, de 120 hombres, dividido en dos centurias de 60, con excepciones, hasta un total de unos 4200 hombres. Los soldados estaban encuadrados en cuatro tipos/niveles según equipamiento y experiencia, que constituían las líneas de combate. Según Polibio esas líneas eran:

  • los vélites. 10 manípulos de 120 hombres, divididos en 2 centurias de 60. Infantería ligera para hostigamiento inicial. Lanzaban sus jabalinas y retrocedían tras las otras líneas.
  • los hastati. Igual composición. Lanzaban sus jabalinas y seguían luchando con las espadas, retrocediendo para dar paso a los príncipes.
  • los príncipes. Igual composición que vélites y hastati. Relevaban a los hastati y, si no resolvían el combate, daban paso a los triarii.
  • los triarii. 10 manípulos de 60 hombres. Los más veteranos, la élite de la legión. Malo era que entraran en combate. Suponía que la legión estaba en serias dificultades.
Tipos de legionarios romanos


Complementando cada legión existía un cuerpo de caballería, de unos 300 caballeros, organizados en una unidad básica, la turma, de unos 30 jinetes.
Turma, unidad de caballería romana



El reclutamiento era exclusivamente de ciudadanos romanos con propiedades, que eran movilizados en función de las campañas militares que se acometían y volvían a sus quehaceres tras el conflicto. Ellos mismos corrían con los gastos de equipo y armamento necesarios.

Este sistema de reclutamiento fue generando problemas a lo largo del tiempo y, especialmente, tras las Guerras Púnicas, por las mayores necesidades de combatientes que se iban presentando, tanto por mayor número de guerras puntuales, como por el control de territorios que se iban dominando.

Reclutamiento de ciudadanos para una legión


Las reformas que acometió Mario se relacionan con los siguientes aspectos fundamentales:
  1. El sistema de reclutamiento.
  2. El soldado profesional.
  3. La estructura, adoptando la cohorte.
  4. El armamento, con la jabalina pesada.
  5. El papel de veteranos y auxiliares.
  6. Los estandartes, con el águila.
  7. Las mulas de Mario, en logística.
En relación al sistema de reclutamiento, Mario «abrió» las legiones tanto a los romanos que hasta entonces las integraban, ciudadanos propietarios, como a los ciudadanos del «censo por cabezas» (capite censi), la clase social más baja de Roma, ofreciéndoles un nuevo modo de vida.

Por los escasos recursos de esa gente, el Estado romano adelantaba el coste del equipo y armamento necesario, a devolver a plazos, estableciendo igualmente un «stipendium», complementado con lo que se pudiera obtener en los saqueos de campaña.

Apareció la profesionalización del ejército a través de la figura del soldado profesional, muy atractiva para las clases más bajas. Se podía servir en las legiones hasta 25 años con una pensión al licenciarse y la promesa de recibir tierras en una zona conquistada.

Mario se aprovechó de los soldados veteranos de otras guerras como instructores en el severo régimen de entrenamiento que imponía a sus legiones. Igualmente reestructuró las unidades de tropas auxiliares de población no itálica.
Legionarios realizando instrucción




Quizá la principal reforma de Mario fue la modificación sustancial  de la composición de la legión. Pasó de la estructura en manípulos a la estructura en cohortes. De modo que una legión de 4800 hombres estaba formada por 10 cohortes de 480 hombres, teniendo cada cohorte 6 centurias de 80 hombres y cada centuria 10 contubernios de 8 hombres. Cada centuria estaba mandada por un centurión, siendo el de mayor rango, el «primus pilus», el centurión de la 1ª centuria de la 1ª cohorte. Las cohortes eran dirigidas por tribunos militares. La nueva estructura no contemplaba la diferenciación de los legionarios en los cuatro tipos clásicos (velites, hastati, príncipes y triarii), sino que las unidades tenían legionarios indistintos, que formaban línea de combate en cada centuria.
Estructura de las legiones antes y después de Mario 



Con respecto al armamento, Mario innovó en las características de las jabalinas («pilum») que portaban los infantes. Cada legionario llevaba dos jabalinas (lanzas arrojadizas), una más ligera y otra más pesada. En la ligera, la punta metálica estaba sujeta al asta de madera a través de un remache que se quebraba al chocar y penetrar en los escudos o cuerpos de los enemigos. La jabalina pesada tenía dos remaches, con lo que quebraba con más dificultad. La innovación de Mario consistió en sustituir uno de los remaches por una clavija de madera de modo que la lanza, al impactar contra un escudo, quebraba la clavija pero quedaban punta y asta unidas, formando un ángulo. La finalidad no  era que el enemigo aprovechara y devolviera las jabalinas lanzadas, sino inutilizar los escudos enemigos por el estorbo de maniobrar el guerrero con un escudo atravesado por un palo formando ángulo.
Legionario romano portando los dos pilum reglamentarios



Diferentes estandartes como el águila, el caballo, el jabalí, el minotauro y el lobo fueron unificados por Mario en un solo estandarte, el águila. Con ello, aparte de su función práctica de referencia visual en el campo de batalla para despliegues y agrupamientos, Mario consiguió acrecentar el espíritu de camaradería hacia la propia unidad, constituyendo su pérdida la mayor desgracia para una legión. El legionario encargado de portar el águila de la legión, un puesto de gran prestigio, era un suboficial denominado el «aquilifer».

Aquilifer portando el águila de la legión



Finalmente queda referirse a la cuestión logística de desplazamientos de la legión. Mario impuso que, en las marchas, cada legionario cargara con su equipo, agua y raciones de comida para varios días. La referencia de Plutarco a las «mulas de Mario» tuvo una significativa influencia en el estado físico de los legionarios, así como en la efectividad y velocidad de las legiones en sus movimientos estratégicos y tácticos. 
Legionario romano con su equipo



Las armas de asedio y el grueso de las provisiones siguió llevándose en acémilas y carromatos. No hay que olvidar que, en circunstancias normales, un legionario marchaba con no menos de 20-25 kg con el equipo, pudiendo llegar a 35-40 kg en determinadas situaciones, y no por ello dejaba de recorrer alrededor de 25-30 km al día, con desmontaje y montaje de un campamento defensivo si se transitaba por territorio hostil.

Campamento romano en tránsito



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