CONVIERTE A TU HIJO EN UN DELINCUENTE. Decálogo del juez Emilio Calatayud
- Comience desde la infancia dando a su hijo todo lo que pida. Así crecerá convencido de que el mundo entero le pertenece.
- No se preocupe por su educación ética o espiritual. Espere a que alcance la mayoría de edad para que pueda decidir libremente.
- Cuando diga palabrotas, riaselas. Esto le animará a hacer cosas más graciosas.
- No le regañe ni le diga que está mal algo de lo que hace. Podría crearle complejos de culpabilidad.
- Recoja todo lo que deje tirado: libros, zapatos, ropa, juguetes. Así se acostumbra a cargar la responsabilidad sobre los demás.
- Déjele leer todo lo que caiga en sus manos. Cuide de que sus platos, cubiertos y vasos estén esterilizados, pero no de que su mente se llene de basura.
- Riña a menudo con su cónyuge en presencia del niño, así a él no le dolerá demasiado el día en que la familia, quizá por su propia conducta, quede destrozada para siempre.
- Deje todo el dinero que quiera gastar. No vaya a sospechar que para disponer del mismo es necesario trabajar.
- Satisfaga todos sus deseos, apetitos, comodidades y placeres. El sacrificio y la austeridad podrían producirle frustraciones.
- Póngase de su parte en cualquier conflicto que tenga con sus profesores y vecinos. Piense que todos ellos tienen prejuicios contra su hijo y que de verdad quieren fastidiarlo.
Pienso que es para reflexionar. Este hombre es famoso por sus sentencias educadoras a los menores que comenten delitos, muy claramente expuestas en sus conferencias. Continuación.
Supongo que en el libro, aparte de la carga de culpa de los padres de la que es magníficamente aleccionador el decálogo anterior, incidirá también en la responsabilidad de esta sociedad actual tan injusta, desigual, hedonista, alienada, etc. Al final la vieja polémica de que si el ser humano se hace o se nace, el ambiente o los genes, para mí tiene pocas dudas. Lo dejo ahí.
Para completar el cuadro aporto un vídeo, en clave de humor, sobre las relaciones profesores-padres-alumnos y un reciente artículo de Arturo Pérez-Reverte titulado "Esos chicos".
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