Este año, 2007, en la 1ª quincena de julio he tenido mi 4ª experiencia con el Camino de Santiago.
Fiel a mi idea de ir, poco a poco, avanzando hacia Galicia, he estado, durante una semana recorriendo parte del tramo castellano entre Burgos y León. Empezaba en Burgos porque ahí lo dejé en octubre del 2006. En esta ocasión, para ir descansado al día siguiente, me fui a dormir a Burgos. La verdad es que no se duerme mucho, descansado que uno está (aún no han empezado las palizas "camineras" y los pies todavía están en paz), las buenas rodajas de morcilla de Burgos en la cena (manjar que sería imperdonable no degustar "in situ") y la excitación por lo que uno ya ve cerca, tiene delante, como un reencuentro agradable con otras experiencias ya vividas.
He caminado en 5 etapas 125 km, correspondientes al Camino entre la ciudad de Burgos, toda la provincia de Palencia y Sahagún, ya en León. Lo ideal hubiera sido llegar ya, en esta ocasión, a León pero me han faltado unos 55 km. La próxima vez será. Tiempo al tiempo y el Camino no se va.
Una idea de que tipo de terreno es se puede apreciar en las fotografías anexas, que corresponden al Alto de Mostelares, entre Castrojeriz y Puente Fitero.
En la 1ª se aprecia la subida del Alto, con una llanura previa, vista desde las afueras de Castrojeriz. La 2ª se corresponde con la coronación del Alto, distinguiéndose claramente, mirando hacia atrás, la citada localidad y su castillo elevado. La otra foto describe la llanura, "casi infinita" de Tierra de Campos, mediante la bajada, muy suave, del Alto y el llano y aburrido recorrido hacia Puente Fitero e Itero de la Vega en el Pisuerga.
Si no ha quedado suficientemente claro el pedregoso, polvoriento, monótono, caluroso (aunque yo he tenido suerte y he pillado unos días con brisa del norte muy agradable), seco, árido, etc., terreno por el que se camina por estos pagos, recomiendo observar las 2 fotografías siguientes.

Se corresponden con los 11-12 km rectos del tramo de 17 que separan a Carrión de los Condes de Calzadilla de la Cueza. Son 3 horas pisando bastante mal sobre piedras, encastradas y sueltas, que se hacen inacabables, eternas. Con la sombra, alargada sombra mía, que aparece en la foto de la izquierda, he intentado reflejar la profundidad y largura del camino, acometido, como es de rigor, a una madrugadora hora. La encina que se va en la fotografía de la derecha te acompaña en el caminar, minutos y minutos, sin que parezca que se acerca. Más bien al contrario, parece que alguien tira de ella hacia el horizonte, para que no llegue. Cuando al fin se rebasa aparece otra encina, más lejana todavía, como objetivo a alcanzar, aunque el espíritu para entonces no está ya muy animoso que se diga y se llega al pueblo poniendo ese "piloto automático" que todo peregrino lleva en el Camino, para salvar cualquier dificultad que se presente.

Estas fotos corresponden a las ruinas del convento-hospital de San Antón, entre Hontanas y Castrojeriz, en Burgos. Era un edificio gótico del siglo XIV construido por la orden de los antonianos, fundada en el siglo XI, dedicada a aliviar a los enfermos del "fuego de San Antón", una gangrena parecida a la lepra que empezaba por las extremidades. Actualmente del edificio quedan los arcos de la entrada (por donde pasa el Camino en carretera asfaltada) y poco más. Las hornacinas que se ven en la foto de la derecha eran utilizadas, por la noche, por los monjes para depositar comida para los peregrinos que utilizaban la entrada porticada como refugio nocturno.
Incluyo, a continuación, otra serie de fotos sobre la "inmensidad solitaria" del Camino por estos campos castellanos. Ni que decir tiene que cuando te encuentras con la llegada a un pueblo (en este caso Villalcázar de Sirga, en Palencia) o te cruzas con un rebaño de ovejas la vista se recrea en su contemplación y el ánimo, adormecido por la monotonía, recobra fuerzas.

Hay anécdotas curiosas a lo largo del caminar diario. En Rabé de las Calzadas, a 11 km de Burgos, te aparece, de repente, saliendo no se sabe de donde, una monja encantadora en su papel cristiano, para entregarte, como al resto de peregrinos que venían detrás, una medallita de la "Virgen milagrosa para que te proteja de los peligros de la ruta". Seas creyente o no y estés en el Camino por la motivación que sea, son momentos entrañables que quedan grabados en la memoria.

Voy terminando ya con imágenes de la mejor joya arquitectónica que se encuentra en este tramo del Camino. Se trata de la iglesia románica de San Martín en Frómista (Palencia).
Formaba parte de un monasterio benedictino fundado hacia 1066. A finales del XIX y principios del XX fue restaurada, recuperándola de un uso agrícola y ganadero que la tenía en un estado de semi ruina. Sus líneas tan depuradas, la cantidad enorme y variedad de formas de los "canecillos" en los aleros, los capiteles del interior, un Cristo original del XIII, etc., hacen que la visita se demore, todo el tiempo del mundo, sentado en los bancos (los pies llevan ese día 34 km desde Hontanas y la tarde es muy larga), recreando la vista en los detalles y disfrutando de su tranquilo y fresco ambiente.


Como te los encuentras "pinchados" en los tablones de muchos albergues, son de lectura graciosa y reflejan, a mi juicio, bastante bien parte del pensamiento o filosofía del peregrino/a voy a aprovechar este final del artículo para incluir los famosos "10 mandamientos del peregrino", inspirados en los originales preceptos del catecismo católico. Estos 10 mandamientos son:
Seguirás las flechas sobre todas las cosas
No recorrerás kilómetros en vano
No descansarás ni es fiestas de guardar
Llamarás a tu padre y a tu madre
No pararás
No llevarás calcetines impuros
No te quejarás
No dirás falsas distancias al hablar
No tendrás pensamientos ni deseos de irte
No codiciarás las ampollas ajenas
Como colofón del "reportaje" una exhibición de "voyeurismo peregrinal". Cada vez son más frecuentes en el Camino estatuas de peregrinos, en diversas poses, que provocan, como no puede ser de otra forma, la típica foto de recuerdo. Evidentemente no me pude resistir a fotografiarme con ellos, a modo de silenciosos compañeros de camino.
El de la izquierda se encuentra en la plaza de la catedral de Burgos, siendo el de más estilo moderno, por decirlo de alguna manera. El central está en las inmediaciones de la magnífica iglesia templaria de Villalcázar de Sirga en Palencia, haciéndote compañía mientras usas la mesa para reponer fuerzas. El de la derecha, muy simpático él, está en la puerta del espléndido albergue de Sahagún en León.


Gracias a quién haya tenido la paciencia de leer todo este rollo. Me doy por contento si, modestamente, ha servido para recordar a alguno/a la experiencia, o bien para motivar a cualquier otro/a para ponerse en marcha, en el momento que pueda, animándole con la consabida frase de que "el Camino es como un melón, hasta que no se prueba no se sabe".
A todos/as, ¡BUEN CAMINO!
Comentarios
Ademas de ser un profesional en nuestra Comunidad, y sabes que lo dijo de corazón; nos sorprende este caballero con unas imágenes que se nos hace la boca agua. Imagino que te lo habrás pasado muy bien, el recorrido bien vale la pena hacerlo. Los comentarios en su justa medida, acertados e interesantes.
Gracias por querer compartir esos buenos ratos que has pasado con el resto de los mortales.
un abrazo.
Antonio
jejeje ya he visto las fotos madremia si q ha debido ser aburrido si jejejeje pero ya al menos ese tramo te lo has kitado de encima!!!!
muchos besos y ahora si te doy las gracias por las fotos de la exhibicion de activa ejejej millones de besos muaaaaaaa
Um abraço e a ver se nos vemos no caminho de Santiago português...¿ya sabes quien soy?...¡el mismo!