CANET D´EN BERENGUER. Amaneciendo en la playa




Las 6.15 horas es esa hora mágica, en julio, con algo ya de claridad y a punto de salir el sol, en que en la playa de Canet d´En Berenguer te puedes encontrar una fauna humana y animal de lo más previsible, dadas las características de localidad turística de la costa mediterránea que tiene.
Es la hora en que, amparados por la luz del amanecer te encuentras:
  • el maquinista del tractor que está labrando la arena, con su ir y venir, en paralelo a la línea de agua, sorteando sillas altas de socorristas, pasarelas, las cañas de algún pescador, etc.
  • trotadores, casi todos masculinos, en su carrera habitual por la orilla del agua.
  • adolescentes acompañados de papá o mamá o la clásica tía hipernaturalista, empeñados en que vean la salida del sol. La excusa de hacer alguna foto les permite seguir escrutando los móviles con bastante más atención que la dedicada al sol naciente.
  • operarios de limpieza, con sus chalecos reflectantes amarillos y bolsa en la mano, recogiendo de todo lo imaginable que, como desperdicio, han generado los bañistas en el día anterior.
  • docenas de gaviotas posadas en la arena picoteando aquí y allá.
  • perros de diversas razas, aunque abundan los pequeños, paseados por sus dueños sin cadenas que limiten sus movimientos. Es habitual ver cabriolas y carreras por la alegría de no estar con la cadena.
  • el buscador de tesoros abandonados en la arena con su artilugio oscilando en el brazo y unos auriculares que lo aíslan del resto de ocupantes de la playa. Mi eterna pregunta sin respuesta: ¿Alguna vez encuentran algo?
  • grupos de jóvenes todavía con la ropa de la discoteca puesta que han prolongado la juerga hasta el amanecer, como debe de ser cuando se es joven o el cuerpo lo permite. Caras de sueño y algún que otro vaso de plástico con los restos del ultimo combinado son señas de identidad corrientes.
  • Pescadores con sus cañas orientadas al agua, tiesas por su soporte mientras sus dueños dedican la atención alternativa a ellas y a sus manos, dedicadas a manipular algún nuevo anzuelo que se prevé utilizar.
  • Maduros andarines y andarinas recorriendo la etapa diaria de su ruta del colesterol particular.
Resulta de lo más entretenido, como se puede ver, el paseo al amanecer. Acompaño este texto de 3 fotos obtenidas en la amanecida de ayer, 25 de julio. Nada que ver con lo descrito anteriormente. Son del mar y el cielo en ese rato. No sé describirlas.
De propina adjunto también una foto del faro de Canet, en contraluz del atardecer del mismo día.

Una necesaria aclaración: La foto superior en que se ve una orilla con piedras pequeñas, no es Canet. Se corresponde a L´Almardá de Sagunto, algo más al norte. Cosas del paseo. La playa de Canet no tiene piedras.

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